La obra de Jesús Lugo nos convierte en testigos de la construcción de un paisaje creado con atmósferas fantásticas. Los personajes, colores, elementos y símbolos, plasmados en la obra, dan paso a una escena construida por andamios invisibles, pero perceptibles en su totalidad.

Su riqueza se basa en la complejidad del detalle. Su universo está compuesto por una mezcla tomada del imaginario colectivo: seres fantásticos, caricaturas, personajes literarios e históricos, con referencias a los íconos de la historia del arte universal.

Nos ofrece una cultura fragmentada e industrializada en donde la óptica presenta un futuro o presente distópico con referencias históricas. Los vicios y pecados son evidenciados para representar la antropología cultural y la sociología atemporal del ser humano.

Cada milímetro de la obra se debe atrapar. Asirse a los detalles para entender la semiótica pictórica, abstraerse para sumarse en la creación de Lugo y capturar la totalidad de la esencia.

Entre otros reconocimientos Lugo ha sido ganador de la Bienal Tamayo y del premio de Fundación Johnie Walker. Ha expuesto en diversos recintos internacionales. En la Ciudad de México su obra ha sido exhibida en el Museo de Arte Moderno y en el Museo Rufino Tamayo.